viernes, 9 de octubre de 2009

Panzeri por tres

Dante Panzeri, reconocido periodista de la revista El Gráfico en su momento de esplendor (llegó a ser director en la década del ´50), fue un gran pensador del fútbol y destacó, por sobre todas sus cualidades, la sencillez del deporte. Trató de alejarlo de los grandes planteos tácticos y de las figuras de los directores técnicos, resumiendo que lo importante eran los jugadores en sí. Ellos son los que juegan y definen los partidos.

Se opuso abiertamente a la dictadura que se hizo cargo del poder entre 1976 y 1983 y, por sobre todo, del mundial de fútbol que organizó. Por esas casualidades de la vida o del destino, su vida terminó días antes de que comience la cita máxima del deporte más popular del país.

Escribió dos libros que marcaron un antes y un después en el mundo que visitamos cada viernes, el de la pelota y las palabras. "Burguesía y gangsterismo en el deporte" y "Fútbol dinámica de lo impensado", son los textos en donde se recopilan sus ideas, prácticamente inconseguibles hoy en día. Hoy publicamos tres textos cortitos para poder conocerlo un poco más.

El gol que viene
Sabemos en qué año llegaremos a la Luna, pero ignoramos cuándo, de qué manera, hecho por quién o por culpa de quién, con cuál de las piernas, y en cuál de los arcos, se convertirá el gol del partido anunciado para hoy.

Las tácticas
Por cierto que en las tácticas creen mucho más los que no han jugado que quienes hayan jugado al fútbol. Quienes jugaron creen en los jugadores (…). A lo sumo, los DDTT podrán intentar situar a cada jugador en el lugar de la cancha y del equipo donde mejor pueda rendir lo que haga a su naturaleza, a sus insuficiencias natas: atacante si nació dotado, defensor si nació menos dotado. Con lo que en definitiva sucede es que los que juegan son siempre los jugadores. En el presente que se supone organizado y en el pasado que se condena por improvisado. Siempre el jugador.

Siempre el jugador
Hay mucha gente que supone que el fútbol es un libro de cocina. Lo leemos, tomamos las ollas y los ingredientes, encendemos fuego y esperamos la comida. En estos últimos años, alejados del fútbol, millares de aficionados con un caudal de idoneidad bastante aceptable, se incorporaron muchos improvisados y advenedizos espectadores cautivados por la idea de que el fútbol estaba al alcance de su entendimiento, una vez satisfechos algunos de aquellos cuersos básicos y acelerados de gastronomía futbolística que enseñan fútbol con diagramas de jugadas en las que siempre gana el bando elegido por el autor del cursillo (…). Es muchísima la gente que es cautivada por la aparente prevalecencia de la técnica en la condición humana toda, no se detiene a recordar que el fútbol es también una manifestación del hombre, pero antes que eso es una actividad regida por la dinámica de lo imprevisto y no por la constante de lo sabido antes de suceder.

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