viernes, 31 de julio de 2009

La verdad del fútbol, de Ariel Díaz

Bueno muchachos, las cosas son simples. En esta breve charla técnica quería darles la verdad del fútbol.

Los titulares son los mejores jugadores que yo pueda elegir. Aunque por ahí digan que los mejores están en el banco o en reserva. Que el pibe Miguez promete porque metió no se cuántos goles en inferiores. Pero yo entiendo que el nueve que me recomendó un amigo es el mejor. Y no me vengan con que estoy metido en el negocio. Soy un laburante de esto.

Llegué al Club la semana pasada. He tenido tiempo de sobra para trabajar con ustedes. Por eso quiero que no se vaya a notar el cambio del esquema táctico. Tiramos el achique cuando las circunstancias lo requieran. Pero siempre paraditos con línea de seis en el fondo. Nada de paciencia, el que se equivoca: sale. Con-cen-tra-dos.

Saben que cuentan con mi apoyo. En las declaraciones a la prensa siempre habremos merecido ganar. Seguramente habremos hecho mejor las cosas dentro del campo de juego (no me gusta esa palabra) y si nos toca la desgracia de perder será porque el rival contó con la ayuda de los árbitros o porque metió los goles cada vez que pasó la mitad de la cancha. ¿Estamos?

Los que jueguen, quiero que lo hagan a muerte. Marquen duro. No anden con chiquitas salgan a romper en los corners. Pero no se equivoquen, vean donde está el árbitro. No demuestren odio. Esos gestos mandan en cana. Sale claro en la tele.

Déjense llevar por todos los gritos del público. Ellos son los que saben. Hagan todo lo que les griten. No piensen. Tal vez les pidan cosas exageradas, pero bueno, ustedes ganan un vagón de plata sin presiones de ningún tipo. Quiero vértigo. Toquen siempre para adelante. Nada de pausas. Dinámica.

A los delanteros los quiero motivados. Prefiero que cada uno haga la suya y no jueguen en función de equipo. Cuando griten un gol acérquense a las cámaras y hagan festejos extraños. Esas vidrieras les pueden acercar un futuro mejor. Y no se olviden al momento de los reconocimientos de este humilde servidor que tanto hizo por ustedes y por el espectáculo.
Sean inteligentes, si los marcan o los rozan no duden en tirarse alevosamente al piso. Exijan tarjetas para sus enemigos del otro equipo. Los reclamos le hacen la vida imposible al árbitro. Lo fastidian, lo ponen nervioso y siempre termina favoreciendo al local. Por eso actúen bien, pongan cara de inocentes, saquen ventajas.... ¡Es-pe-cu-len!

Espero haber sido claro. Yo no ando con vueltas. Los tiempos del fútbol argentino son cortos. Por eso, si ustedes hacen todo lo que les digo serán campeones Intercontinentales.
Mientras van saliendo por el túnel hacia la cancha grábense esto: “No importa como, lo único que sirve es ganar”.

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