El amanecer del 8 de abril de hace quince años, el de 1996, no fue igual a las anteriores salidas del sol y tampoco a las siguientes. A partir de ese día muchas cosas ya no serían iguales para algunos chicos y otros tantos mayores que decidieron mejorar su vida y la de los suyos.
Luego de una semana de muchas reuniones, de muchos debates y llena de utopías, llegó el día en que todo se concretaría. El Club Social y Deportivo Estrella de Boedo daba a luz y abría sus puertas del corazón a todos los chicos del barrio deseosos de patear una pelota y, sobre todo, de hacer amigos, condición excluyente para formar parte del club en sus primeros días, en el presente y también en el futuro.
Estrella, como la vida de cualquier persona, también tuvo (y aún tiene) que transitar un camino con bastantes obstáculos para poder encontrar su lugar físico en el mundo, hecho que recién sucedió en el 2001, y de esa manera pudo albergar a más chicos, más familias, más disciplinas, más historias, más amistades y más alegrías. Sin las ganas de crecer, de luchar y de perseverar que tuvieron aquellos buscadores de sueños para poder llevar adelante el reto de sus vidas, seguramente Estrella no hubiera podido progresar nunca.
Desde este humilde lugar recordamos con énfasis a esos que vieron nacer a Estrella, a aquellos que lo ayudaron a dar sus primeros pasos, a los que lo cuidaron y a los que día a día aportan su granito de arena para que el club sea cada vez más grande. Ellos, al igual que aquel lunes 8 de abril de 1996, tienen reservado un importante lugar en la historia grande del club y de todos sus socios.
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